18/10/09

Caroll Murmute: Un detective soporífero

A menudo me comparan con Pepito, “Pepito el mago”.
Juegos para niños, chistes y pasa ratos, trucos con naipes, fiestas de cumpleaños... Si, el puñetero Pepe se me parece físicamente, pero me gano el jornal de manera mucho más dura. Si el truculento mago tuviera que ver como discurre para mí un día normal de trabajo, probablemente vomitaría y después se pegaría un tiro. Yo en cambio, me dejaría encerrar con violadores homosexuales en Sudáfrica con tal de ver al día la mitad de caras sonrientes que Pepito. Debí matricularme en sonrisas supongo.

Pepito es ahora mi principal sospechoso. Le conozco desde hace quince años, siempre feliz. En la estación de metro de Majada Gorda aseguran que Pepito ha hecho cosas que preferiría olvidar.

Hoy he visto una grabación de las cámaras de seguridad del metro, más concretamente la del anden 27. Un hombre ebrio y adulto se presentó desnudo ante un grupo de turistas macedonios y trató de hacer desaparecer su pene delante de ellos. Bueno: alteración del orden público, provocación, exhibicionismo, vandalismo quizás…pero no, el infeliz quiso ir más lejos. Pretendía usar unas tijeras de poda para mutilarse y luego jugar a prestidigitador con su miembro. Según el video, no se podría determinar que ese hombre sea Pepito, pero aun así, es mi principal sospechoso. ¿Quién si no? Quince años haciendo el payaso, con una estupida risita coloreada en la boca. A uno le dan ganas de cortarse la polla y esconderla.

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