2/11/13

Truculento


Los cadáveres flotan en la piscina congelada, la fiesta ha acabado. El payaso carcajea en el interior de la cabina del disyóquey y el rímel se esparce con realismo sobre los pómulos.

Los boxeadores de `mala madre´ hacen juntas de sus filetes en cara y cuerpo. El niño les encañona: `Dadme todo y vuestra vida´ El bostezo melancólico del sultán, que comercia con occidente. Ella sigue allí; presumiblemente muerta. Un artista que divide sin recisión su persona, como si la cortase con una navaja y la sirviese sobre la mesa de madera como alimento. Son técnicas y cada uno tiene las suyas. El beso en el cuello, la mano en la cintura, el talón giratorio al mentón… son formas de dejarte inconsciente.

En el tesoro está marcado el mapa, si lo que esperas conseguir no es sino el camino.

Pájaros de Cristal



Sé que te gusta ser el centro de atención, sea cual sea el precio:

La fiesta comienza donde ha de acabar, en las caderas de un síndrome de down, cabeza cuadrada de morlaco sudorosa y lentes de distorsión. Papa lo ha pagado ya todo; el sueño de una quinceañera pajosa, el estatus y la profesión de por vida. La inversión ha sido todo un éxito, pese a que la mutación pretenda distinguirse por el citoplasma, estándar de fábrica.

Clones de laboratorio -> `La hija de... Tan válida que e independiente como para ser granjeada desde la oscuridad y la distancia, amamantada cual lechón que se cree libre, en la burbuja de plástico atada por cordón umbilical al sueldo desproporcionado, desmerecido y ridículo. Las granjas funcionan a la perfección y lechón toma los micrófonos para destacar lo mucho y bien que vive, desde la inoperancia de un Smartphone conectado al capital desmerecido y el vicio de arrastrar el naso por la loseta moteada:
“Basta de comparaciones y acusaciones sin fundamento, ¿o creéis que no sé lo que valgo?”

Proclaman las zorras salidas de las zarzas “Nos vamos a comer el mundo” y añaden “siempre que este tenga forma fálica” Vástago orgulloso de la infame camada de parásitos cuyo talento equivale y tanto al depositado sobre el mostrador de la hamburguesería, matizado a la perfección por una cultura base triple, cuya fórmula me prestaré a revelar:

Cateto + Caudal + Folclore = Culo x Nariz/2  

Es la fórmula del éxito, con sobervia y disimulo. Si te despiden llámame, me deben más favores y ya duran demasiado. Si te ignoran provoca, si te atacan victimízate y si te describen con precisión huye, esas son las instrucciones. Y confía, nadie atacaría a un mongolito con sobrepeso, es algo rastrero hasta para hacer justicia.

5/8/13

Pérrides. Victor catulum



Redoble de tambor. Se elevan las trompetas al tiempo que los soldados alzan los brazos para recibir al general. Sacude una de sus caligas antes de subir al atril, para desprender el barro impregnado. Conocido en el imperio por ser el `conquistador perruno´. Quien hace uso cánido para vencer en la batalla. Cánido exclusivamente.
Habla al pueblo por unos minutos, sin que se pueda oír más que la marabunta ensordecedora.

“El pueblo y el senado de Roma…” “…Regresan las legiones…” “militos meum, odérunt femin amant felem”

Se sentía abrigado por el populacho que clamaba su nombre sin César 

"Si flanqueamos nos gustamos y atacamos cómodos" "Que expuestos están mis soldados, más que los muslos de la panadera" "fuimos, mordimos y vencimos"

Se abre paso hasta la sala del senado, entre vítores y pétalos. Escuchando el rugir de la masa mal pronunciando su nombre hasta casi convertirlo en un ladrido: `¡Pérrides! ¡Pérrides! …
En el interior del impoluto edificio parecía reinar la absoluta calma. Apenas se oyeron las trompetas con las que daban paso al reputado general al interior de la cámara, dónde cada senador estaba expectante y contenido en un sepulcral silencio.

Pérrides regresa a Roma ―el tono de Falsum, exageradamente elevado y vibrante, pretendía capturar la atención del resto de senadores y empequeñecer la presencia del general ―. Regresa… para que sus millares de secuaces peludos se den un festín con los restos sagrados del Panteón.

―Eso es agua pasada ―la primera frase que salió de sus labios debía sonar conciliadora ―. Ya pedí disculpas al senado por aquel desafortunado incidente. No tenéis que venir con elefantes a visitar mis chozas de paja, Falsum.

―El senado no te ha perdonado todavía, Pérrides. El senado no olvida fácilmente. Ten cuidaito anda.

23/5/13

Hank intrépido intrépido. Pt.3/3

Identidad Irrisoria

− ¿Strucks?


Hank llamó a su copiloto, oyendo su nombre resonar con el eco proyectado hacia el interior de la cueva. Hank había despertado solo, con la angustiosa sensación de que nadie le había preparado el desayuno.

−¡Cataplasma! – La voz que sonó en respuesta resultó idéntica a la de Hank, solo que desde la profundidad de la cueva.

−Mm… una imitación convincente Strucks, sin ninguna duda. Bien, pongámonos de nuevo en marcha. Un momento… ¡¿Cataplasma?! – En un arranque de inspiración, Hank recordó que solo él conocía la existencia de una mascarilla facial `cataplasma´ oculta en la nave para casos extremos − ¡Strucks! Me niego a creer que hayas vuelto a la nave para manipular mis cosas.

Hank caminó hacia el interior para encontrarse súbitamente con el Doctor Malevolic, quien se interponía en su camino, calvo y sonriente:

−Es inútil Hank. He inyectado una dosis de desdoblante múltiple en nuestro plano real actual.

−Profesor, no lo comente por ahí… – Hank usó un tono disimulado –…estaba enrollándome con la teniente `Su´ en el esquife trasero de su aeronave durante las clases de riesgos galácticos.

Otro Hank, idéntico al original, surgió desde detrás del profesor y se puso delante de este. Con una mirada feroz y provocadora, clavada en el Hank original.

−Escucha Hank – El Profesor adoptó una pose explicativa –, mientras tú dormitabas sobre esas rocas, yo he mandado a mi letal ejército de secuaces que tomaran tu nave y la llevaran a mi guarida, en lo más alto de las montañas, para que pueda ser reparada.

−Ah, muy amable.

−No tan deprisa muchacho. Tú tendrás que enfrentar a tu otro Hank, mientras yo utilizo tu nave para escapar del planeta. ¿Qué te parece?

−¿Está haciendo Spoiler, Profesor?

−¿No pensarías ni por un segundo, que un malvado genio del crimen interplanetario como yo, iba a quedarse para siempre oculto en este colosal terrario?, ¿o sí? – Hank adoptó cara de duda − ¿y sabes lo mejor de todo? Que esta vez tendrás que afrontar tú solo tu propia incompetencia – El profesor rompió a carcajear vilmente.

Acto seguido los dos Hank´s se enzarzaron en una descarnada lucha mientras el profesor se retiraba carcajeando hacia la salida, con aire de satisfacción.

La lucha entre los dos Hank´s les arrastró en un magistral combate hasta que ambos estuvieron cerca de un escarpado desfiladero. Strucks, que llegaba con un buen surtido de animales alienígenas para el desayuno, les advirtió peleando terriblemente cerca de la mortal caída.
Cuando estuvo delante de ellos, dejó los animales en el suelo y les gritó:

−¿Cuál es el código de emergencia de explosión solar?

Ambos Hank´s se miraron atónitos, para contestar al unísono “No lo sé”. Strucks empujó a uno de ellos al abismo con total determinación. El Hank restante, magullado por el combate, trató de felicitar a su copiloto:

−Buen trabajo Strucks. Vaya ­– Suspiró relajado –, ha estado condenadamente cerca esta vez ¿Cómo has sabido que yo era el auténtico Hank?

−A decir verdad Hank, no lo sabía.

Los intrépidos aventureros, comandados por el aún más intrépido Hank, corrieron a toda prisa hacia la cima de la montaña, sorteando con incuestionable habilidad las trampas dispuestas a lo largo del recorrido. Cuando casi la habían alcanzado, un batallón de alienígenas rematadamente feos se interpuso a escasos metros de la entrada de la guarida secreta del Profesor. Para sorpresa de nuestros protagonistas, Cargador, digo Lider, era quién daba las órdenes.

−Maldición – Strucks se mostró atónito − ¿Qué diablos estás haciendo Carga…? disculpa, es la costumbre, ¿Lider?

−Bueno – el anciano, vestido como una pitonisa y cubierto por una capa de ridículos colorines no se apresuró a contestar −, ahora ya no soy Lider, soy Profesor Lider. Este ejército me pertenece.

−Pero vamos a ver, ¿se puede saber qué mosca te ha picado? ¡Tenemos que impedir que Malevolic abandone el planeta!

En ese momento, llegó otro Strucks, clónico, desde atrás. Se acercó al Strucks original y le contó algo al oído mientras el Strucks original asentía mostrando comprensión y consentimiento. Luego ambos se marcharon ante la desconcertante mirada de Hank, Profesor Lider y el enjambre de descerebrados alienígenas armados hasta los tentáculos. Struck se detuvo antes de marchar para indicar: “Hank, no te preocupes, vuelvo en seguida”
Al regresar, los dos Strucks´s encontraron a Hank dialogando cordialmente con Profesor Lider, ante la atenta mirada del centenar de secuaces bajo su mando:

−No te ha ido nada mal viejo; has ascendido de empleo dos veces consecutivas en este misterioso planeta. Coincido contigo, de ser tú, yo también nos hubiera ejecutado y me hubiera hecho dueño y señor de este lugar. Después de todo, nosotros te abandonamos a tu suerte en el pantano.

−¿Lo ves, Hank? He trabajado mucho por toda la condenada galaxia, y muy duro.  Me lo merezco, sí que me lo merezco.

Strucks interrumpió la conversación:

−Hemos de continuar Hank.

−¡Un cuerno! – el anciano Profesor Lider se puso en pié, crujiendo al completo su deteriorada espalda. ¡Ahora mando yo!

−¡¿Y eso quién lo dice?! – Otro anciano Profesor Lider se aproximó desafiante, ayudado por más alinigenas – Eres un viejo repugnante. Yo soy el Profesor Lider y ese es mi bastón de maldad, ¡así que devuélvemelo!

La discusión desembocó en una monumental contienda, que Hank y los dos Strucks´s aprovecharon para escapar. Al llegar al hangar secreto de la guarida oculta de Malevolic, sorprendieron a este a punto de cargar la última de sus maletas, antes de despegar.
Los dos Strucks´s se echaron sobre él, logrando reducirle fácilmente. Cuando habían logrado finalmente escapar del remoto planeta, con Malevolic maniatado y alejándose a toda velocidad de cualquier peligro, Hank comentó:

−Fzzzz, magnifico Struckss – Dijo redoblando la `s´ final – Hemos sobrevivido al planeta desconocido, encontrado al Profesor Malevolic, frustrado sus malvados planes de aniquilación y escape y logrado salir del planeta.

−Idiotas – Repuso Malevolic desesperanzado –, habéis fracasado. Conozco a Hank, este es solo una vulgar copia. Observa la calidad de su peinado.

−¿Sí? –Hank parecía encendido − ¿Y por qué no se ríe ahora Profesor?

−Porque el original era tan estúpido, idiota e incapaz que posiblemente su copia resulte más beneficiada.

9/3/13

Crimson Woodstock : Ep 13 "Dios en Nutty"


Nada más entrar al Vortex, los lamentos de los drogadictos, largos y terriblemente apenados, se propagaban por los largos corredores del viejo caserón. Todo estaba oscuro y lleno de resplandecientes figuras de motivos religiosos, que recordaban que el Vortex es uno de los mayores caldos de cultivo para crear adeptos. Donde nadie tiene nada, más que dolor y sufrimiento, y solo fe y droga para mitigarlos.

Los brillantes ojos en la oscuridad de sus innumerables recovecos me lanzaban miradas desde el mismísimo infierno. Un infierno silencioso y de leves quejidos devastadores y armónicos al mismo tiempo. Era imposible sonsacar pizca de información sin suscitar expectación. Todos los ocupantes parecían aletargados, y los que se movían, trazaban rutas lentas y disparatadas por todo el edificio. Llegué a una gran sala, de la que parecía provenir el origen de las lamentaciones, con un montón de bancas largas de madera, como las de las iglesias, organizadas y orientadas hacia un gran muro, lleno de pintadas. Con lo que parecían grafitis, habían creado un colorido mural. En el centro del mismo la decadente figura de cristo crucificado.


Me senté en una banca, después de acercarme a ella lenta y divagadoramente. Junté mis manos y levanté la cabeza al cristo dibujado. A mi derecha se acercaba un señor de extraña vestimenta. Alto y delgado, de finos dedos y con la cara cubierta por un caperuzón cerrado de cuero. “Doctrina” lo llamaban. Iba haciendo preguntas a los presentes y ahora se me acercaba. “Doctrina” podría ser el asesino al que buscaba, así que le detuve junto a mí, solicitando su “ayuda”:

―”Doctrina” Me siento muy mal. Me siento muy mal…

―Es normal hermano. Cuéntame ¿Cuáles son tus pecados? ¿¡Cuáles son tus pecados!?

―Tengo mucha ira, mucho odio. Oh “Doctrina”.

―Mucha ira y mucho odio. La ira del mundo es infinita, como la ira de Dios. Escucha estas palabras del apocalipsis hermano, busca en ellas el consuelo:

“Y fue entonces que los hombres entraron en Gandía, donde el rey crotalado les ofreció pensión completa. Saciaron su sed con salsa agridulce y comieron los tallarines del señor de Gandía, más no duró su unión con la mosca que revoloteó tres veces en el radar, antes siquiera de ser advertida por el tuerto, en el rincón sagrado…”

Mientras le oía, y dejaba su esquelética mano reposar sobre mi hombro, una ridícula vocecilla canturreante llegó a mi oído. Pese a tratarse de una canción ligeramente deformada por su interprete, me hizo pensar en su posible compositor, alejándome de las palabras de “Doctrina”

Pude entender en la canción:

“Hay una casa, sola sin luz, donde yo logré ocultarme…

Intenté girarme a mirar, impresionado por la reveladora canción que había logrado crispar mis nervios. Pero “Doctrina” enseguida se percató de que no le prestaba atención, y alzó la voz junto a mi oído:

―Escúchame hermano. ¡Escucha la palabra de Dios!

Le aparté bruscamente, tirándole al suelo. Rompí en aquel instante la tranquilidad que se apoderaba del Vortex. Me levanté entre un creciente jaleo de voces, y tenebrosas caras irritadas que caminaban hacía mí. Sin embargo, como por otra línea, seguía escuchando aquella canción:

…y así poder mi tristeza llorar, de un ayer cruel e infame”

Era una canción de Nino Bravo. Al encontrar entre el tumulto a su interprete comprendí que la trampa se había consumado. Me había descubierto antes que yo a él. Traté de echar mano a la pistola, pero el aquel misterioso sujeto ya me estaba encañonando, escuché el gatillo,el silbar de la bala tras el estruendoso disparo…

7/3/13

"Ustedes pasáis, pero yo vivo aquí"


Hoy es uno de esos días en que te levantas con un látigo en la mano, dispuesto a acariciar con él unos cuantos lomos de zorra, pero son tantas que casi mejor un lanzallamas y te quedas corto sí o sí…

Además, cada vez que hago esto corro el riesgo de que se me malinterprete. Y es que para un maldito nunca hay tiritas suficientes, pero si alguna vez se me rompió confieso que yo no me di ni cuenta. Todo va demasiado deprisa y el proceso continuo de sedimentación sentimental deja casi tanto poso como gas trae. `Lo comio por lo servio´ y `lo que entra por lo que sale´ Todo se repite, hasta los errores. Por eso pienso triste y nostálgico lo mal que salieron aquellos planes, mientras contesto una carita sonriente a una nueva desconocida por wasap.

En días así solo puedo mirarme al espejo con el guapo subido: “Vamos baby, dales lo suyo”

Entre vosotras y yo, ¿a quién pretendéis engañar? Deja de hacerte la tonta- tú sabes porque estás ahí. Deja de hacerte la dolida- no importa de quien sea la culpa, no voy a comerte el culo. Deja de hacerte la estrecha- o de evidenciar que tocas el arpa cada vez que te viene mi melodía a la cabeza. Deja de contar mierda de mi- sí, te gusta hablar de mí, ya lo sé, pero pregúntate quién quiere escucharlo. Deja de fingir que manejas la sartén- no sabes cocinar, y si supieras todavía tendrías que superar el miedo a los altos hornos, los grandes fuegos. Deja de fingir que estoy interesado en `algo más´- o responde ¿por qué estás sola? Deja de marearme con pamplinas de quinceañera - o asume que en tu caso es algo atemporal. Deja de calentarme los huevos - lámeme la polla. ¡Dejad de ser unas zorras!

Cuando te bajas del tren, la super-atracción del parque, crees que ha sido maravilloso, mágico, aterrorizante, incomprensible, decepcionante… algo superlativo y desproporcionado. Pero imagina por un momento que tú eres el maquinista de ese tren, de esa atracción, y que das en ella 400 vueltas en él a la semana. Y es que todo lo mágico, maravilloso, aterrorizante, incomprensible, blablablá, acaba… pero solo para ti. Porque admito que por más tersos que fueran sus muslos, más dulce su voz, más abultado su trasero, más bonito su pelo, más claros sus ojos, más profundo su secreto, más firmes sus pechos, más inocente su cara, más cuidada su elegancia o más decorada su piel… para mí se trata solo de una más. La número… en fin, ya lo he olvidado.