6/1/11

Los planes del sargento.

―El sargento del Führer tomó tres cajas de leche desnatada del supermercado y se marchó.

―¿Era leche desnatada, dice? ¿Qué marca?

―Wolfswagen. Dijo algo a la cajera.

―¿Sí?

―”Lleva usted un traje precioso”.

―Gracias, lo está haciendo bien. ¿A dónde se marchó después?

―Fue a ver a Fritswain. Le dio la mano en lugar de saludarle. Le dijo "tenemos que hablar menos" y algo que no pude apreciar bien. Algo como "te cogía y te... daba" o algo así.

―Supongo que se referiría a entregarle voluntariamente. Entregar a su amigo y oficial a la división especial secreta. Habrá propuesto seguramente a Fritswain como líder de la división, que astuto. ¿Qué más?

―Entraron en el barracón, después de saludar gentil y delicadamente con la mano al oficial de la garita, como lo haría una dama. Como yo también iba vestido de oficial, esperé un poco y luego pasé, saludando de igual manera al guardia.

―Curiosa contraseña. Excelente, por favor, prosiga.

―Una vez dentro se sentaron en una mesa y se pusieron a hablar. La mesa estaba junto a una ventana. Salí y me puse del otro lado, donde escuché la siguiente conversación entre varios hombres. Uno dijo "¿te has puesto perfume?" y Fritswain le contestó "tienes que afeitarte capitán, causas irritación con el roce"

―Obviamente estaban hablando en clave. Hay un capitán con el que todo el alto mando tiene cierto roce. Viersogg, creo que se llama. Le pedía a su amigo que limara su carácter.
¿Qué más escuchó?

―Luego llegó otro hombre, mientras todos charlaban. Este dijo, con voz varonil y en perfecto alemán "Señores hoy tengo poco tiempo, así que entren y vayan desnudándose que pronto llegará el tren"

―El tren. Claro, se refería a que tomarían un tren con otro atuendo. Probablemente vestidos como civiles. Ya está, ¡lo tenemos! ¡Tenemos que interceptar todos los trenes procedentes de Gaystain!

―Disculpe mi general, pero no creo que sea necesario. Ninguno de esos hombres tomó un tren. Entraron en una habitación y se pusieron a... hacer ruidos y decir cosas sin sentido, en tonos extraños.

―Debió ser demasiado arriesgado proseguir con una conversación tan peligrosa allí mismo. Entiendo que estarían torturando a alguien al tiempo que hablaban, para que no pudieran ser escuchados. Ha hecho bastante, le felicito. Puede retirarse.

―Sí, mi general.

―¡Rayos! ¿de qué hablarían en ese cuarto?

1 comentario:

Té ツ dijo...

Jajaja. Yo lo veo todo clarísimo: lenguaje cifrado, torturas, planes estratégicos en clave, violencia y, claro, leche desnatada.

Muy bueno, Joss. Un beso.